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jueves, 11 de octubre de 2018

YAYANDU ÑEERE (Sentir la palabra)


En el marco de la XII Feria Internacional del Libro de Cochabamba, hoy  11 de octubre de 2018, hemos presentado "Yayandu Ñeere (Poemas guaraní-castellano)". Ahí les comparto el comentario realizado por la escritora cochabambina Sisinia Anze:


YAYANDU ÑEERE (Sentir la palabra)
Poemas guaraní - castellano


Para empezar, considero que debo dejar en claro que no soy experta en lengua guaraní, la lengua materna de Elías Caurey y que hace a la esencia de su literatura. Sin embargo, al igual que la mayor parte de los presentes, me es posible distinguir la importancia de las obras literarias por su contenido y el arte poético inscrito en sus páginas.

En todo caso, para poner en contexto la obra es necesario referirse a la lengua de Elías. El guaraní es la herencia, quizás la más valiosa, de un pueblo que pervive desde tiempos inmemoriales y que edificó una lengua maravillosa, un idioma tan copioso y lleno de energía que, por su majestuosidad, elegancia, nobleza y armonía, varios lingüistas lo sitúan al nivel de los idiomas que poseen fama de encontrarse entre los más hermosos que existen. La lengua guaraní es patrimonio intangible e inestimable de un pueblo que construyó lo que se ha denominado la civilización de la palabra, instituyendo a ésta como el valor primordial y sagrado de una cultura que, gracias a sus mujeres, quienes se dieron a la tarea de transmitirla a las generaciones de mestizos de la nueva nación, sobrevivió a la época de la conquista y se ha convertido en una lengua imperecedera.

Elías aprovecha magistralmente la musicalidad, el ritmo y la flexibilidad del Guaraní para escribir sus versos, logrando su objetivo: revitalizar y difundir esta lengua que es la fuente primordial de expresión de su ser y el de su gente. Magnífica expresión que, a la vez, pone al alcance de un público muchísimo más amplio, gracias a las traducciones presentadas de cada composición.

Elías Caurey es guaraní y lo pregona como debe ser, con gran orgullo. Nacido en Ipitakuape, Charagua se confiesa seducido por un sentimiento de reconciliación con uno de los más altos valores culturales vinculado a sus raíces. Es así que la búsqueda de su palabra se convierte a la vez en la constante búsqueda de su lengua. Un universo que se le proyecta enigmático y cuyos misterios anhela descifrar. Sus poemas son una espectacular colección de momentos, de paisajismos del alma de un pueblo milenario que perdura en el tiempo inalterado en su esencia. Paisajes que no son sólo fotografías de la realidad, sino también dibujos del mundo interior melancólico de Elías. El resultado en conjunto es admirable, en especial la plenitud de matices y el registro minucioso del más mínimo temblor sentimental que logra expresar en sus versos. Elías no busca precisar sino sugerir, con su sensibilidad extraordinaria, el mágico mundo guaraní.

Sus versos son obsesivos bocetos de su pueblo, con sus luces y acento. Sus composiciones buscan de alguna manera difundir al mundo la mágica cosmogonía guaraní. Es un maestro del sentimiento sutil, de la sensación vaporosa, un poeta en el sentido más noble de la palabra.

Leer poema

Elías en YAYANDU ÑEERE logra con éxito nada menos que reavivar el latido de una cultura que merece ser descubierta, no sólo por la singularidad y belleza de su lenguaje, sino también por su valiosa historia, misma que a pesar de las adversidades de una era contaminada por la modernidad procura subsistir pura e intacta. Recomiendo leer este poemario y dejarse seducir por la magia del autor y una de las lenguas más hermosas del mundo.