En el marco de la XII Feria Internacional del Libro de Cochabamba, hoy 11 de octubre de 2018, hemos presentado "Yayandu Ñeere (Poemas guaraní-castellano)". Ahí les comparto el comentario realizado por la escritora cochabambina Sisinia Anze:
YAYANDU
ÑEERE (Sentir la palabra)
Poemas
guaraní - castellano
Para empezar, considero que debo dejar en claro que no
soy experta en lengua guaraní, la lengua materna de Elías Caurey y que hace a
la esencia de su literatura. Sin embargo, al igual que la mayor parte de los
presentes, me es posible distinguir la importancia de las obras literarias por
su contenido y el arte poético inscrito en sus páginas.
En
todo caso, para poner en contexto la obra es necesario referirse a la lengua de
Elías. El guaraní es la herencia, quizás la más valiosa, de un pueblo que pervive
desde tiempos inmemoriales y que edificó una lengua maravillosa, un idioma tan copioso y lleno de energía que,
por su majestuosidad, elegancia, nobleza y armonía, varios lingüistas lo sitúan
al nivel de los idiomas que poseen fama de encontrarse entre los más hermosos
que existen. La lengua guaraní es patrimonio intangible e inestimable de un
pueblo que construyó lo que se ha denominado la civilización de la palabra, instituyendo a ésta como el valor primordial
y sagrado de una cultura que, gracias a sus mujeres, quienes se dieron a la
tarea de transmitirla a las generaciones de mestizos de la nueva nación,
sobrevivió a la época de la conquista y se ha convertido en una lengua imperecedera.
Elías
aprovecha magistralmente la musicalidad, el ritmo y la flexibilidad del Guaraní
para escribir sus versos, logrando su objetivo: revitalizar y difundir esta
lengua que es la fuente primordial de expresión de su ser y el de su gente.
Magnífica expresión que, a la vez, pone al alcance de un público muchísimo más
amplio, gracias a las traducciones presentadas de cada composición.
Elías
Caurey es guaraní y lo pregona como debe ser, con gran orgullo. Nacido en
Ipitakuape, Charagua se confiesa seducido por un sentimiento de reconciliación
con uno de los más altos valores culturales vinculado a sus raíces. Es así que la
búsqueda de su palabra se convierte a la vez en la constante búsqueda de su
lengua. Un universo que se le proyecta enigmático y cuyos misterios anhela
descifrar. Sus poemas son una espectacular colección de momentos, de paisajismos
del alma de un pueblo milenario que perdura en el tiempo inalterado en su
esencia. Paisajes que no son sólo fotografías de la realidad, sino también dibujos
del mundo interior melancólico de Elías. El resultado en conjunto es admirable,
en especial la plenitud de matices y el registro minucioso del más mínimo temblor
sentimental que logra expresar en sus versos. Elías no busca precisar sino
sugerir, con su sensibilidad extraordinaria, el mágico mundo guaraní.
Sus versos son obsesivos bocetos de su pueblo, con sus luces
y acento. Sus composiciones buscan de alguna manera difundir al mundo la mágica
cosmogonía guaraní. Es un maestro del sentimiento sutil, de la sensación
vaporosa, un poeta en el sentido más noble de la palabra.
Leer poema
Elías en YAYANDU ÑEERE logra con éxito nada menos que reavivar
el latido de una cultura que merece ser descubierta, no sólo por la
singularidad y belleza de su lenguaje, sino también por su valiosa historia,
misma que a pesar de las adversidades de una era contaminada por la modernidad procura
subsistir pura e intacta. Recomiendo leer este poemario y dejarse seducir por
la magia del autor y una de las lenguas más hermosas del mundo.