“Hace 45 [46] años, cuando el pueblo isoseño aún luchaba
por reponerse de las secuelas de la guerra del Chaco y de las épocas
posteriores de plagas y carestía, vino al mundo Kapiiatä, hijo de Luis Ortiz y su esposa mestiza Zaida García. Quienes
lo vieron crecer cuentan que sus primeros años fueron de mucha angustia y pesar,
pues tuvo que sobrevivir a terribles pestes -sarampión, viruela, tifoidea y
fiebre amarilla- para ser merecedor de su nombre (Kapiiatä, que significa “hierba dura y resistente”), que le fue
dado por su prima Marcela, su cuidadora, guía y “alzadora” de entonces. Razón
ésta, suficiente también, para que más tarde su padre apostara por su supervivencia
en tierras lejanas y le dijera: “Tú, hijo mío, debes estudiar para no ser como
yo” y para que, aún siendo monolingüe guaraní y con apenas nueve años, lo
arrojara a un mundo extraño a aprender la ciencia Karai. A duras penas logró culminar el bachillerato en la localidad
de Charagua; luego estudió Comunicación Social en la Escuela Superior de Comunicación
–Diakonía, de Santa Cruz–, y trabajó muchos años elaborando programas radiales
en guaraní. Este año (2014) espera graduarse en la carrera de Antropología de
la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba. Elio Ortiz García, nombre con
que se lo conoce en el mundo escrito y Karai
(ya que, para su mala suerte, los Karai
asocian Kapiiatä con “hierba mala” y,
por lo tanto, el apelativo no le favorecía), es uno de los pocos investigadores
guaraní que se atreven a escribir en un idioma que no es el suyo y, por si
fuera poco, a dirigirse a un público que piensa y habla en castellano,
incluyendo los guaraní Arakuaa
pensantes. Las obras que ha publicado hasta ahora -alrededor de una decena- son
testimonios de su compleja vivencia guaraní, como investigador y escritor, en
el complejo mundo Karai, donde distintos
agentes lo afectaron de diversa manera, “a veces como viruelas y sarampiones y,
otras, como pócimas de salud”.
Elio tuvo la suerte de poder contar en sus inicios con
el apoyo de su amigo y “hermano mayor” Iván Nasini. Con él publicó Diccionario etnológico (guaraní-castellano/castellano-guaraní),
manuscrito antiguo de León de Santiago (1999); Aprendamos guaraní, curso básico de la lengua guaraní (2006), y una
serie de textos cortos. Poco después decidió publicar Mbarea-Invitación –breve ensayo sobre la fiesta guaraní (Cuadernos
de Investigación Nº 1, 2002); Toponimia
guaraní del Chaco y Cordillera –ensayo lingüístico, etnográfico y
antropológico- (Cuadernos de Investigación Nº 2, 2004). Más tarde, con Elías
Caurey publicó Noticias de Guarayos, re-edición
(investigación y comentarios) del manuscrito histórico de Fray José Cors (2009);
Tekove Katu. Educación en Salud en el
Chaco Boliviano (2009); Justicia
comunitaria guaraní (Ministerio de Justicia, 2010); Facetas socioculturales del proceso intercultural experimentado en el
pueblo guaraní, serie de ensayos publicados bajo el título Situación actual
de la educación intercultural y bilingüe en la región guaraní (PPE-CNC, CEPOS,
Ministerio de Educación, 2011); Diccionario
etimológico y etnográfico de la lengua guaraní hablada en Bolivia, guaraní-español
(2011).
Por esos mismos años, gracias a la confianza y al
apoyo de algunos académicos
Karai, publicó Fox Walker on the Parapetí River, Bolivia. The Origins of How
Guaraní Live in Ìvì, en la colección de ensayos aparecida bajo
el título Pre-columbian
Landscapes of Creation and Origin (Chicago, 2008); y también Une
guerre contre personne. Mémories isoseñas de la guerre du Chaco (2009),
junto a Isabelle Combès y Elías Caurey.
Tiene, además, un número importante de
investigaciones, cartillas y textos educativos inéditos realizados a pedido
de instituciones de apoyo al guaraní,
entre ellos, Epilepsia –aproximación socio-antropológica
a las enfermedades en el mundo guaraní (OPS, 2007); Patrones culturales de crianza infantil (Caritas, 2008); Importancia y cuidado del agua desde la
visión guaraní, texto educativo para estudiantes de primaria (Caritas-Camiri,
2013); Pensamiento cultural y actuación
social de las mujeres tejedoras del Isoso frente a las instituciones de apoyo
(Caritas-Camiri, 2014). [También en el 2014 publicó: Yapisaka=Ver con los oídos y Yovi=Verde azul].
Desde 2007 hasta 2013 fue asesor e investigador de las
sabidurías ancestrales para la fundamentación del discurso social y cultural guaraní
de la obra del cineasta boliviano Juan Carlos Valdivia, Yvy Maraëy, primera película que se adentra en la cultura guaraní
en Bolivia, reflejando su pensar y actuar frente al Karai. Sin embargo, su mayor pasión son los mitos y la interpretación
de símbolos, temas en los que sus abuelos le recomiendan avanzar mbegue-mbeguepe, pasito a paso (el apuro
-advierten las historias míticas– termina conduciendo a la muerte al caminante
y a sus seguidores), regla clave para quienes, como él, intentan ser “hermano
mayor” para sus hermanos y hermanas menores.
Sus coterráneos isoseños están convencidos de que
todos los saberes ancestrales que Elio ha plasmado en sus escritos los aprendió
en el regazo de su madre y de boca de algunas abuelas y abuelos narradores que
él supo “robar” en su infancia, ya que Kapiiatä
no tuvo la suerte de conocer a sus abuelos consanguíneos. “Nacer sin abuelos es
la peor orfandad pero a la vez es la dicha más grande, que pocos tienen, porque
siendo huérfano todos los abuelos nos convertimos en tus abuelos, hijito, ¡por
tanto eres afortunado!”, le dijo una vez el viejo Casae, del Isoso. Yayapisaka árare, Escuchemos el tiempo (ancianos
guaraní).” (Fuente: Extraído del Libro “Yapisaka=Ver
con los oídos).
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