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lunes, 4 de marzo de 2013

Diccionario de la lengua guaraní

Adhemar R. Suárez Salas

La primera cuestión que hay que plantearse antes de emprender la tarea de elaboración de un diccionario es la de determinar cuál es el grupo de usuarios a los que la obra se destina. Los sociólogos Elio Ortiz y Elías Caurey, bajo la inspiración del padre Iván Nasini, han procedido así con el Diccionario etimológico y etnográfico de la lengua guaraní hablada en Bolivia, que aspira convertirse en un instrumento de consulta útil para los legos y entendidos de este hermoso legado que ha sido financiado por los Frailes Menores de la Provincia Toscana, Italia.
Sus autores destacan que se ha incorporado decenas de onomatopeyas que, en su mayoría, no habían sido tomadas en cuenta en otros diccionarios. Esto es muy significativo, considerando el hecho de que el guaraní boliviano es aún una lengua eminentemente oral, donde las onomatopeyas juegan un rol determinante. Se ha prestado especial atención a las locuciones formadas por cuatro palabras clave: pia, po, tesa y guata. Con estas locuciones, que tienen valor de adjetivos, la lengua guaraní es capaz de describir un conjunto sorprendentemente amplio y variado de sentimientos y actitudes En este punto, se ha empezado a registrar las diferencias, hasta ahora definidas como dialectales, que existen entre las tres variedades lingüísticas que hay en nuestro país: el isoseño, el ava y el simba, que merecen ser estudiados con mayor profundidad. 
Conviene destacar que el guaraní proviene de un pueblo amerindio que en el siglo XVI ocupaba la costa atlántica de América del Sur. Los conquistadores y colonizadores jamás lograron doblegar su rica cultura. Argentina, Brasil, Paraguay y Bolivia mantuvieron enhiestas sus tradiciones, costumbres, epopeyas e historia y hoy buscan recuperar su esplendor.
Este diccionario está llamado a convertirse en una herramienta esencial destinada a la educación intracultural que se ha planteado desarrollar con el currículum regionalizado de la nación guaraní. En sus 474 páginas y un invalorable glosario de voces usuales de un idioma vivo, se está consolidando su ortografía, ortología, gramática y semántica, como una clarinada en el nuevo Estado multiétnico y pluricultural.
Como afirma el prologuista Bartomeu Meliá, la obra contiene aspectos novedosos y originales, donde el guaraní surge como leche sabrosa que ha amamantado a muchas generaciones orgullosas de su estirpe y de su habla popular. En Bolivia se propaga su poder de convocatoria para convertirse prontamente en un idioma oficial de consuno con los postulados de la Carta Magna y la realidad nacional.

* Abogado

Fuente: http://www.eldeber.com.bo/vernotacolumnistas.php?id=111117222736

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